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Capítulo 20 - EL REGRESO

 
 

Después de la plática, el abogado se puso de pie para irse a su hotel, pero antes preguntó:

LIC. SANTAMARIA - ¿Necesitan que les ayude con algo para la boda?
FERNANDO - Pues... en realidad no sé. Martita dijo que ella iba mañana a investigar qué documentos se necesitan.
LETY (aclarando) - Martita es la enfermera que cuida a Fernando... Es una señora muy linda que casi nos ha adoptado...
LS - Ah muy bien... pero eso puedo decírselos yo ahora mismo. No son demasiados requisitos, ya que solo deben presentar un examen médico, su credencial de elector y una copia del acta de nacimiento de cada uno. Y claro, llevar a sus testigos y pagar una cuota.
F - ¿Acta de nacimiento? ¿y esa de dónde la saco? creo que nunca en mi vida la he ocupado... a lo mejor ni tengo una...
L - ¿Cómo dices eso? Todos tenemos que ser registrados cuando nacemos... es un documento muy importante, porque la piden para inscribirte a la escuela, para pedir trabajo... ¡casi para todo!
F (apenado) - Bueno pues... yo estuve en la misma escuela desde que era niño, y pues nunca busqué trabajo... Me temo que mis papás arreglaban todo eso...
L (preocupada) - ¿Y ahora qué hacemos? ¿dónde podemos conseguirla?
F - Pues... seguramente ellos la tienen, pero ¿cómo hacemos para pedírselas?
LS - Yo podría hacerlo, solo es cuestión de pensar un buen pretexto. Pero no podría tenerla para mañana...
F (mirando a Lety) - Mi amor, ¿te importaría si aplazáramos la boda? solo hasta que tengamos ese documento.
L - Sí... supongo que no nos queda otro remedio. Yo tengo una copia de la mía en mi casa, pero también tengo que encontrar la manera de rescatarla sin que mis papás se den cuenta...
LS (interrumpiéndola) - Licenciada Padilla...
L - Dígame Leticia, por favor... o mejor Lety...
LS - Como usted prefiera Lety... Lo que quería decirle es que también podría pedírsela a su padre. Don Erasmo ya sabe que estoy buscando soluciones para el embargo.
L - Huy Licenciado... como se nota que no conoce bien a mi papá. Seguro le va a hacer un interrogatorio de diez horas para saber qué tan necesaria es mi acta en este proceso...
LS - Pues entonces sólo se me ocurre una solución: que vaya usted misma a buscarla. Y de paso, que se presente en la próxima junta del comité en Conceptos para definir qué se va a hacer. Creo que eso tranquilizaría mucho a sus padres.

Lety y Fernando se miraron con preocupación, y pidieron un par de minutos para platicar sobre el asunto. Santamaría aprovechó para ir a la cocina a tomar agua, y en un instante llegaron a la misma conclusión: no querían separarse, pero lo más sensato era afrontar el problema y comenzar a solucionarlo...
Cuando el abogado volvió, Fernando le preguntó:

F - ¿Me promete que va a cuidar a mi Lety? ¿no va a dejar que los Villaroel le hagan daño?
LS - Claro que sí... yo me encargaré de hacerles ver que ella quiere ayudarles a recuperar la empresa.
L (poniéndose de pie, aunque sin soltar la mano de Fer) - Pues entonces está decidido. Me regreso con usted a México e iremos a la junta de comité para aclararlo todo, y en cuanto tenga las actas me regreso a Acapulco para casarnos.

El abogado se fue y Lety ayudó a Fernando a acostarse, para después acurrucarse a su lado. Esa noche no durmieron... se la pasaron abrazados, escuchando a sus corazones latir al mismo ritmo.
Al amanecer, Lety dio un largo beso a Fernando, luego se bañó, se vistió y salió hacia el aeropuerto, donde ya estaba esperándola el abogado. Llamó a Carolina desde la sala de espera para contarle las novedades, y su amiga le deseó mucha suerte. Después subieron al avión y en menos de una hora ya estaban en la ciudad de México.
Tomaron un taxi para dirigirse a Conceptos, y al ver la fachada Lety solo pudo decir:

L - Aquí estoy de regreso... lista para enfrentarme al destino.

 

 

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