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Capítulo 5 - AMANECER

Se asomaban los primeros rayos de sol por la ventana... Lety había pasado toda la noche en la sala de espera y sin querer se había quedado dormida.
En eso se le acercó una enfermera. Era una mujer de alrededor de 50 años que llevaba toda su vida trabajando en hospitales y que había desarrollado la habilidad de conocer a las personas con solo un vistazo... y notó que esa muchacha estaba preocupada, así que decidió despertarla para darle la noticia que llevaba.

ENFERMERA - Señorita... tengo que avisarle algo…
LETY (adormilada) - Ehhh, ¿qué pasa? ¿dónde estoy?

En ese momento despertó por completo y recordó todo, así que preguntó:

- ¿Cómo sigue Don Fernando?
E - Por eso vine a buscarla. El señor ya fue trasladado a una habitación del segundo piso...
L - ¿Puedo verlo?
E - Está dormido ahora, pero el doctor autorizó que usted subiera a acompañarlo. ¿Gusta que la acompañe?
L - Sí... vamos, vamos...

Ambas subieron al elevador, y entonces la enfermera notó que Lety estaba pálida y a punto de desmayarse...

E - Señorita, ¿se siente bien?
L - Sí... solo estoy cansada. Ayer tuve mucho trabajo y casi no dormí.
E - Me imagino... ¿quiere que pasemos a la cafetería para que tome algo?
L - No... después... ahora solo quiero ver a Don Fernando.
E - Dígame... ¿cuándo fue la última vez que comió?
L - Pues... a la hora de la comida. Anoche iba a cenar cuando me encontré a Don Fernando tirado y nos venimos para acá...
E - Ahora entiendo porqué está tan pálida... (tomándola del brazo) Venga, acompáñeme para que coma...
L (soltándose) - NO !!! primero tengo que ver a Don Fernando... Ya después voy por un café o algo...

La enfermera vio que ella está muy decidida, así que no insiste y siguen hacia la habitación.
Lety se impresiona mucho al llegar ahí. Fernando está dormido, cubierto solo por una sábana blanca. Tiene el torso desnudo, aunque cubierto por un enorme vendaje, y los golpes se han oscurecido por lo que resaltan más en su rostro...

E - La dejaré un momento con él, y luego vengo a buscarla. Usted tiene que comer o no la dejaremos estar aquí arriba, ¿entendido?
L - Está bien... muchas gracias...

Lety camina hacia la cama, preguntándose cómo pudo ser tan ciega... Fernando en ningún momento dejó de demostrarle su amor, y ella se cegó por el enojo al leer la carta y no se dio cuenta de que él en realidad sí la quería...
Como si hubiera percibido que ella estaba a su lado, en ese momento Fernando abrió los ojos y sonrió al verla. Lety también sonrió y le tomó la mano, que él oprimió fuertemente.

FERNANDO - Mi Lety... no es un sueño... realmente estás aquí...
LETY - Sí Don Fernando... aquí estoy, y me voy a quedar a su lado para cuidarlo...

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