En el momento en que sus labios se tocaron desapareció todo a su alrededor, y el tiempo parecía haberse detenido.
Fernando tomó delicadamente la cara de Lety con sus manos, acariciándole las orejas y mejillas, mientras que ella sumergió sus dedos entre los rizos de él. Fernando bajó una mano hacia la espalda de Lety, atrayéndola más cerca de él cuando...
FERNANDO - AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY !!!!
LETY (saltando hacia atrás) - ¿Qué pasa?
F - Nada... creo que me acabas de romper otra costilla...
L - ¡No! Voy enseguida a buscar al doctor !!!
F (aguantando la risa) - No Lety... no es verdad... Sí me aplastaste, pero fue mi culpa por jalarte...
L - ¡Me asustó! ¡No vuelva a hacerlo que me muero!
F (poniéndose serio) - No mi Lety... te prometo no volver a hacer nada que te dañe...
L (también seria) - Bueno, pues entonces tendrá que obedecer las órdenes del médico. Nos va a regañar si regresa y ve que no hemos tocado la comida !!!
F - Tienes razón... tengo que comer para recuperar energía... Tengo que convencerte de lo mucho que te amo...
L - Me acaba de confirmar su amor con este beso...
F (coqueteándole) - Pues si quieres te lo sigo confirmando (guiñándole un ojo)
L - No... tenemos mucho tiempo para eso. Por ahora es mejor que coma... (toma la cuchara y la mueve como avioncito) A ver, ¿quién es el niño que va a comerse todo?
F (aprieta la boca fingiendo que no quiere comer) - ¿Me vas a dar de comer en la boca?
L - Pues sí... así evitamos que se mueva hasta la mesa...
Ella lo alimentó con mucha ternura, mientras él seguía bromeando y haciéndola reír. Cuando se dieron cuenta ya habían terminado con toda la comida y -aunque todo mundo dice que la comida de hospital es horrible- a ellos les supo deliciosa...
Martha (la enfermera) pasó a darle un medicamento a Fernando, y dijo a Lety:
- Disculpe señorita, va a tener que retirarse. El señor Mendiola tiene que descansar.
F - No... por favor quédate Lety...
E - Lo siento señor... la pastilla que acabo de darle lo va a hacer dormir, y no tiene caso que ella se quede aquí...
F - ¡Claro que tiene caso! Ella es mi ángel de la guarda... es el ángel de mi vida...
L - La señorita Martha tiene razón Don Fernando... usted tiene que descansar y además yo tengo que irme a trabajar...
F - ¿Trabajar?
L - Ay, es verdad... no le he dicho porqué estoy aquí en Acapulco. Doña Carolina Ángeles me contrató como su asistente, porque está coordinando las actividades del concurso de Nuestra Belleza.
F - Pues qué pena con Caro pero vas a tener que renunciar, no quiero que te separes de mi lado...
L - Si quiere hablamos después sobre eso... pero no puedo renunciarle de un día para otro... Debe de estar preocupada porque no ha sabido nada de mí desde anoche que salí a cenar con Al...
F (interrumpiéndola) - ¿Con quién?
L - Con Aldo Domenzaín... es el chef que se encarga de cuidar la dieta de las concursantes...
F (poniéndose celoso) - ¿Y qué hacías tú cenando con él?
L - No cené con él... íbamos a ver a su papá en un restaurant, pero antes de entrar lo encontré ahí tiradote en la calle y ya no entré...
Lety se queda viendo a Fernando y le dice:
- ¿A poco está celoso de Aldo? pero si él es solo un compañero de trabajo con el que a veces platico...
F - Yo estoy celoso de todo el que se acerque a ti... ahora que te he vuelto a encontrar no pienso perderte de nuevo...
L - Usted no va a perderme... pero ahora será mejor que descanse o no van a permitirme subir a verlo cuando regrese...
F - Está bien, pero no tardes mucho...
L - Volveré en la tarde.
Lety le dio un beso en la frente y salió junto con la enfermera... En cuanto lo dejaron solo, Fernando cerró los ojos y se quedó dormido, recordando el último beso que le dio a su Lety...